Breve Historia de la Mesa
Redonda Panamericana


HISTORIA: La primera Mesa Redonda Panamericana fue organizada por la La Sra. Florence Terry Griswold en San Antonio el 16 de octubre de 1916. Esta fue organizada siguiendo el modelo muy de cerca de la Union Panamericana (ahora una entidad dentro de la Organizacion de los Estados Americanos) una mesa redonda medieval -un circulo sin principio ni fin simbolizando unidad, perpetuidad, representacion equitativa y oportunidad - y escogiendo la expresion inmortal de Alexander Dumas: "Una para todas y todas para una".


PROPOSITO: La Mesa Redonda Panamericana no es un club femenino como otros ni es una institución o un sistema. No se afilia con ninguno ni es propiamente un "club." No patrocina actividades para recabar fondos, ni tampoco solicita donaciones de afuera. Se mantiene de las cuotas, y de la generosidad, de todos sus miembros. No tiene afiliación política o sectaria ni forma parte de ninguna federación. Se manifiesta a través de acciones que Ilevan como meta el fotalecimiento de los lazos sociales y culturales entre los países americanos. El propósito de la Mesa Redonda Panamericana es dar a conocer entre sus miembros el idioma, la geografía, la historia, la literatura, las artes, la cultura y las costumbres, de las repúblicas del hemisferio occidental, ya que a través del conocimiento se Ilega al entendimiento y el entendimiento Ileva a la amistad.


NUESTRO LEGADO: Nuestro "legado" fué escrito por un miembro fiel, muy allegada a la fundadora, con motivo de un programa comemorativo a raíz de la muerte de la Señora Griswold. (Gladys Noble PART de San Antonio). Yo, Florence Griswald, consciente de que llegará el día en que ya no me sea posible guiarles en el camino que hemos elejido seguir, por la presente otorgo y lego a ustedes los miembros de la Mesa Redonda Panamericana, toda mi fe en la entereza de nuestra causa, toda mi esperanza en que nuestros ideales se verán convertidos en realidad. Mi amor y devoción al trabajo, mi valor para encarar las decepciones, mi vigilancia ante condiciones siempre cambiantes, mi compromiso en el deber hacia mis congéneres, mi confianza en la cooperación de todos los pueblos occidentales en nuestro esfuerzo para hacer realidad ese perfecto endendimiento y buena voluntad entre las naciones americanas que presentarán al mundo un frente unido bajo el estandante de un panamericanismo viviente. Por el gran amor y afecto que siento por ustedes, todo esto les heredo y a través de ustedes a todas las mujeres de las Américas.


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