BIOGRAFIA DE LA SRA. FLORENCE TERRY GRISWOLD |
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Lo siguiente es un extracto de The Pan American Round Table, Lois Terry Marchbanks, Avon Behren Press, 1983, (págs. 5-11). La historia del movimiento de la Mesa Redonda Panamericana es la saga del corazón y de la mente de una mujer, Florence Terry Griswork. Ella nació el 29 de mayo de 1875 cerca de Eagle Pass, Texas. Así como cada una de nosotras es una parte de su propia herencia y antecedentes, su espíritu explorador fue un reflejo de sus valientes y aventureros antepasados. Fue el 17 de julio de 1635 cuando tres hermanos, Richard, Thomas y Robert Terry salieron de Londres y viajaron en el barco "James" hacia el Nuevo Mundo desembarcando en New Haven, Connecticut. A lo largo de 200 años sus descendientes sirvieron con honor, lealtad y, a menudo, con distinción en sus varias vocaciones. Fueron abogados, maestros, comerciantes, doctores y soldados. Soldados quienes sirvieron con gran valor y patriotismo en los encuentros contra los indios, en la Armada Continental y en la Guerra Civil. Muchos de ellos se aventuraron hacia un nuevo e inhabitado territorio y establecieron sus hogares. Así era el espíritu de aventura y de auto-dependencia de los padres de Florence Terry. Fue en 1870 cuando un joven y talentoso abogado de Palmyra, Nueva York y su gentil y culta joven esposa de Edwardsville, Illinois respondieron al encanto del Oeste con sus artemisas, mesquite y espacios anchos y abiertos. Theodore Terry y Louisa Jane Lampkin Terry se establecieron en una rancho bastante extenso llamado THE PENDENCIA ubicado en una área entre Eagle Pass y Carrizo Springs, Texas. Su pudiente padre, Constant Terry, había ido a Texas hacía muchos años instando a Theodore para que se le uniera. La joven pareja no necesitaba ninguna insistencia ya que todo lo que se oía sobre Texas significaba aventura y nuevas experiencias. Theodore Terry practicó su profesión legal en Eagle Pass manejando su calesa desde su rancho cada día. El llegó a ser uno de los primeros jueces federales en el suroeste de Texas y rapidamente se dió a conocer por su brillantez y su agudeza en la corte. El era un descendiente directo de Nathaniel Terry de fama revolucionaria. Cuatro hijos fueron el producto de esa unión: Annie Louise, Alice, William Nathaniel y Florence. Viviendo como ellos, entre gente de dos culturas, los chicos fueron bilingües desde la infancia. En 1880 el juez Terry transladó a su familia a Carrizo Springs cuando fue nombrado Juez de Distrito para esa sección del estado. Más tarde fue hecho Juez del Condado y sirvió como tal hasta su muerte en 1895. Se podría mencionar una nota interesante aquí. Cuando el joven Theodore hubo terminado la escuela de derecho en Nueva York, viajó a St. Louis para visitar a un pariente. Mientras estuvo ahí, trabajó en el periódico ST. LOUIS GLOBE DEMOCRAT. Muchos años después,él vivió en un área donde no había periódico. Siendo un hombre de acción y de mucha visión, procedió a hacer algo sobre esto. En 1886 un grupo de ciudadanos compró acciones y el periódico THE JAVELIN, fue fundado, con Theodore como su director. Había ido a St. Louis a adquirir una prensa y Ħqué trabajo tuvieron él, su hijo Will y otros en ponerla a trabajar! Después de su muerte, Will fue el director. Hoy, THE JAVELIN todavía es un periódico sobresaliente en esa area. Florence, la hija menor de esta prominente familia, disfrutó de una juventud felíz y popular. Ella era una belleza de ojos negros y cabello negro, brillante, fresca y a veces su sentido de humor podía ser hiriente. A la edad de diecinueve años se comprometió. Ella y Felix Shaw se casaron en el año de 1894. Él era un tanto mayor que ella, un hombre maduro de sabiduría y reservado, pero él estaba encantado con su joven y vivaz esposa. De esta feliz pareja nacieron cuatro niños, tres mujeres y un hijo: Ruth, Adele, Hazel y Felix Matlow Jr., quien toda su vida fue llamado con cariño "Shaw hijo". En 1908 Felix Shaw murió repentinamente de un ataque cardíaco mientras participaba en un rodeo en uno de sus ranchos. En un libro reciente escrito por Peter Tumlinson Bell, titulado Memorias, dice: "Al principio Felix Shaw estuvo en el negocio de ganado. Él acumuló un gran patrimonio y cuando murió tenía un buen capital". El Sr. Bell, un veterano que todavía vive en Carrizo Springs, con admiración dijo: "Él era uno de los pocos ganaderos que había conservado sus propiedades hasta el momento de su muerte". Fue Felix Shaw, junto con otro ganadero, quien introdujo el toro de cuernos pequeños a la región. Fue él y otros ganaderos de ese tiempo quienes ayudaron a construir un imperio en Texas que sería conocido en mundo como "El reino del ganado". Repentinamente, esta bella y protegida joven esposa tuvo que asumir grandes responsabilidades. Fue un desafío dirigir tres haciendas y educar a cuatro niños. Afortunadamente, antes del fallecimiento del Sr. Shaw, se habían establecido en San Antonio para el año escolar. Ésta se convirtió en su residencia permanente. Tan pronto sus hijas se convirtieron en jóvenes señoritas fueron enviadas a colegios privados y luego a una escuela privada de formación social para señoritas en el este. Mas tarde hicieron su debut en la sociedad de San Antonio. "Shaw hijo" fue inscrito en la academia militar. Con el pasar del tiempo, Florence Terry se convirtió en una mujer de éxito en los negocios, como también en una líder de la comunidad y en la vida social. En 1914 se casó con John Case Griwwold, un ejecutivo de seguros y un hombre distinguido a quien toda la familia afectuosamente llamaban "Pa John". De 1910 a 1916 la gente en el suroeste de Texas estaba tan cerca de México que le era imposible no percatarse de los problemas al sur del Río Grande (Bravo). De repente los robos a mano armada se convirtieroon en una revolución causando una gran revuelta y cambios en el gobierno de México. Fue la época turbulenta de Pancho Villa, Zapata y otros. Muchas mujeres huyeron cruzando la frontera y se convirtieron en refugiadas. El drama de esta gente sin dinero y desamparada afectó profundamente el corazón de la Sra. Griswold. Su niñez tuvo una gran influencia en toda su vida. Como fue criada en el territorio de mezquite y chaparral de Texas, cerca de la frontera mexicana, ella llegó a conocer y a apreciar el caracter mexicano. No hubo barrera alguna en el idioma y ella aprendió a apreciar y a valorar las cualidades de lealtad y devoción. Tan pronto el drama de los refugiados se volvió más crítico, ella inició planes para ayudarlos. Llevó a muchas de las mujeres y niños a su propia casa y buscó ayuda entre sus amigos y socios. Ellos fueron muy generosos e hicieron mucho para aliviar el sufrimiento y proveer un santuario para todos los que necesitaban vivienda y comida. Fue fascinante saber que la familia de uno de nuestros más prominentes miembros panamericanos de Monterrrey, México encontró apoyo y ayuda en esa época. La Sra. Margarita S. de Kelley escribe: "Cuando la revolución política en México causó la caída de Porfirio Díaz después de treinta años de dictadura, él huyó del país. Mi padre era Secretario de Estado y él, con miles de otras personas, fueron obligados a salir del país. Con su joven esposa escapó en un tren de carga hacia Canadá. Luego fueron a Washington, D.C., pero su destino final fue San Antonio, Texas. Mi padre, un abogado, no tenía ni trabajo y nada o poco dinero y se enfrentó a una situación desesperada. Su primer bebé estaba por llegar y la necesidad era muy grande. Pero Ħhe aquí! leche y pan comenzaron a ser dejados en la puerta. Así como a otros refugiados, los ayudaron dándoles ropa. Mi mamá supo que la ayuda vino de los miembros de la Mesa Redonda Panamericana bajo la direccion de la Sra. Griswold. En realidad, mis padres apreciaron la misericordia y amistad de la Sra. Griswold cuando más la necesitaban." La Sra. Griswold ha sido llamada soñadora, patriota, idealista y realista. Por supuesto, ella fue todo esto y más. Se puede sugerir que esta mujer fue preparada de forma providencial por nuestro creador para ver a través del correr del tiempo y visualizar una continua necesidad, en sus propias palabras, "para cimentar una amistad cercana y duradera con las mujeres del hemisferio occidental." Desde el principio de este gran movimiento, la fundadora dijo: "Deseamos la ayuda de mujeres que se den cuenta que no puede haber solidaridad entre las repúblicas del hemisferio occidental sin la cooperación de ambos hombres y mujeres. Por lo tanto, necesitamos mujeres sin miedo a demandar de estas américas la continuidad y los ideales que inspiraron a San Martín, a Bolivar, a Hidalgo y a Washington en su firme creencia en el profundo principio: "NINGÚN HOMBRE PUEDE ECHAR MÁS A UN CIMIENTO DEL QUE ESTÁ YA ECHADO, QUE ES JESUCRISTO (1 Cor. 3:11)."
Fue en un almuerzo en el histórico hotel Merger el 16 de octubre de 1916, cuando la Mesa Redonda fue organizada. La Sra. Griswold reunió a un grupo de mujeres que habían trabajado minuciosamente con ella para formar una organización con el declarado propósito de proporcionar, de forma mutua, el conocimiento, la comprención y la amistad entre las personas del hemisferio occidental y fomentar todos los movimientos que afectan a las mujeres y niños de las américas." Este grupo respondió rapidamente a su liderazgo. Ellas reconocieron su don para inspirar el deseo de participar en una cruzada que iría a través de cada frontera en las américas. Las mujeres que estuvieron presentes en esa fecha de acontecimientos y que
se convirtieron en los miembros originales fueron:
La Sra. Griswold tomó como modelo para su grupo, La Mesa Redonda Medieval, un círculo sin pricipio ni fin, que simboliza la unión perpetua, igualdad de opotunidad y representación. Usó también el lema de Alejandro Dumas "Una para todas y todas para una". La señora Griswold se convirtió en la primera Directora General y adoptó el título oficial usado por el Director de la Unión Panamericana. Ella siguió fielmente el estatuto de esta organización al establecer que los miembros de la Mesa Redonda representaran a cada una de las repúblicas americanas. Al mismo tiempo, expresó su esperanza de que Canadá se interesara en unirse a la causa en el futuro. La cooperación con la Unión Panamericana y la colaboración con su política especialmente la del principio de que solamente a través de la educación, no de la legislación se podría fomentar la amistad y el entendimiento entre las naciones americanas, permitiría a nuestra fundadora establecer una organización firme y sólida que reflejara los ideales que indujeron a su formación. De esta forma aconteció que mucho tiempo antes del advenimiento de la política nacional del Buen Vecino, ella logró alentar la amistad y la comprensión a través del hemisferio, lo cual llevó a un mayor entendimiento intelectual y espiritual entre las naciones americanas. En una carta dirigida a mí, mi tía escribió: "Leyendo el libro publicado por el Embajador Bryce de Inglaterra a los Estados Unidos sobre el tema de Sudamérica, comprendí la necesidad de lograr un mayor entendimiento entre las naciones americanas. El libro mostraba cómo los hombres se habían concentrado en las finanzas, el comercio y la política mas no parecían interesarse en el aspecto social y humanitario del asunto". En otra ocasión me comentó: "Su Excelencia el Honorable John Barrat de Grafton, Vermont, el primer Director General de la Unión Panamericana en Washington (1907-1920) se convirtió en un amigo personal y me alentó a proseguir mi tarea; el señor Leo S. Rowe lo sucedió como Director General de la Unión Panamericana y me alentó y me brindó su cooperación en todo". Los primeron años, naturalmente, se dedicaron a la organización, la investigación y el estudio. Para 1917-1918 sin embargo, sin importar las diferencias políticas que existían entre los Estados Unidos y la República Mexicana, relaciones cordiales surgieron entre la Mesa Redonda Panamericana y el gobierno de México así como con refugiados políticos dentro de nuestras fronteras. En este momento la crisis mexicana estaba en su punto más álgido y habían tensiones en ambos lados del Río Grande (Bravo). Las condiciones políticas en México fueron la causa de que miles de sus ciudadanos buscaran, temporalmente, la protección de los Estados Unidos. La Mesa Redonda Panamericana trabajó diligentemente para ayudar a toda clase de refugiados y los alentó a seguir sus propias vocaciones en terreno norteamericano. El deseo de servir y de ayudar fue lo que creó un vínculo de simpatía entre las mujeres de México y las de los Estados Unidos. Encontramos que desde el principio del peregrinaje de la señora Griswold, ella estaba muy consciente de las necesidades del area geográfica de su estado y de la nación. En 1914 en una carta dirigida al Señor John Barrat, ella expresó su preocupación sobre una carretera militar de Brownsville a El Paso. Otra carta en sus archivos fechada el 27 de marzo de 1917 y dirigida a la Señorita O.E. Mason en Tarrytown, Nueva York. Evidentemente se trataba de la venta de unos terrenos; uno de 15,000 acres y otro de 26,000 acres en el valle del Rio Grande. Los términos estipulados por la Señora Griswold: un tercio en efectivo, el resto como le conviniera al comprador al 6% de interés. En 1917, el año en que los Estados Unidos entraron a la Primera Guerra Mundial y cuando se descubrió que el Presidente Carranza de México le había enviado felicitaciones por su cumpleaños al Káiser, la Mesa Redonda Panamericana le comunicó inmediatamente su objeción por esa afrenta a la Unión Panamericana. Este gesto causó mensajes de aprobación por parte del Rey de Bélgica, del Presidente de Francia y del Primer Ministro de Canadá (nótese la carta del Rey de Bélgica a la Señora Griswold fechada el 26 de abril de 1918). En 1919, del primero al tres de diciembre, la primera Conferencia Panamericana entre mujeres de los Estados Unidos y México tuvo lugar en San Antonio, Texas cuyo evento concluyó con un banquete preparado por oficiales del gobierno mexicano. Esta es, probablemente, la primera vez en la historia del país que una cortesía como tal fue extendida por un gobierno extranjero en tierras extranjeras. Este sobresaliente logro de la Conferencia fue el que se adoptó para un acuerdo cuyo propósito fue estimular la creación de una cátedra en la Universidad de Texas. Esta idea fue sugerida por el Dr. Julio Uriburu de Argentina quien, desde California y por medio de una invitación especial, había asistido a la Conferencia. Presidiendo esa Conferencia estaban la Dra. Hermilla Galinda de la Universidad de México, el Dr. John Willis Slaughter del Instituto Rice así como el Dr. Uriburu y enfatizaron la necesidad de establecer oportunidades educacionales para latinoamericanos en los Estados Unidos. Esta fue una ilustre asamblea con una interesante nota al pie de la página que decía: "Cualquier referencia política será considerada una infracción a la cortesía". Tal vez ni la Sra. Griswold ni sus compatriotas, pudieron vizualizar el alcance tan grande de esta primera Conferencia Panamericana entre mujeres de los Estados Unidos y de México pues preparó el terreno para el futuro del Movimiento Panamericano. Traducido por: Carmen Berdión, Rosario McFarland y Patricia Torrey |
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